Captura lo que realmente necesitas saber de tus clientes. Herramientas ágiles e inteligencia artificial para decisiones inteligentes y rentables.
La foto para presentar este post la saqué de Google DeepMind en Pexels, la encontré genial para representar la dirección qué hay que seguir en torno a la creatividad.
Cuando una empresa es pequeña, la conversación con sus clientes fluye naturalmente. Son pocas las personas a atender, y en cada interacción —ya sea en la venta, en el despacho, en el servicio o en la postventa— se puede preguntar, escuchar y aprender. Es en estas conversaciones donde nacen las mejores ideas para mejorar y crecer.
Pero cuando las empresas crecen, el panorama cambia. De atender a 10 o 20 clientes, pasamos a cientos, miles, quizás millones. Y la conversación, esa interacción humana tan rica en detalles, comienza a desaparecer. Sin tiempo ni recursos para escuchar a todos, las empresas recurren a una herramienta conocida y extendida: la encuesta.
Las encuestas nacen con la intención de medir, pero su diseño está lejos de ser perfecto. Desde la primera pregunta, el cliente ya realiza un esfuerzo mental para entender y responder. Con cada pregunta adicional, su capacidad de reflexión y precisión se deteriora. En la quinta pregunta, la respuesta puede ser cualquier cosa menos honesta. Y cuando llega el campo libre —la instancia que muchos académicos consideran la más valiosa en una encuesta—, el cliente ya está agotado.
Además, la encuesta no solo cansa, sino que sesga. Las preguntas reflejan lo que creemos importante, no necesariamente lo que es relevante para el cliente. En nuestra búsqueda de información, muchas veces nos cerramos a lo que deberíamos escuchar.
Por otro lado, si realmente valoramos el campo libre —esa mina de oro de insights no estructurados—, enfrentamos otro desafío: procesar cientos, miles o millones de comentarios únicos, diversos y complejos. Es una tarea titánica que, sin herramientas adecuadas, se convierte en un cuello de botella.
Aquí es donde nace woku. Conscientes de las limitaciones de las encuestas y las conversaciones tradicionales, creamos una herramienta ágil, simple y emocional. woku elimina las preguntas para reducir la carga cognitiva del cliente. En menos de un minuto, cualquier persona puede expresar lo que realmente piensa.
¿Cómo lo hacemos? A través de imágenes y emociones. Es como cuando vemos una foto de un cumpleaños: no necesitamos un cuestionario para recordar los chistes, la música o el sabor de la comida. La imagen despierta los recuerdos y permite una expresión auténtica y fluida.
La clave está en la inteligencia artificial. Con la madurez actual de herramientas como los modelos de lenguaje (LLMs) y el procesamiento de lenguaje natural (NLP), podemos analizar miles de comentarios, clasificarlos y extraer los insights que importan. Pero lo más importante: nos ayuda a descubrir lo que debemos saber, no solo lo que queremos preguntar.
El verdadero cambio no está en preguntar mejor, sino en capturar mejor. La gran pregunta ya no es qué quiero saber, sino dónde y cuándo debo escuchar.
¿Es en el mismo momento de la experiencia? ¿Un poco después? ¿Mediante un QR, un enlace en un email, o directamente desde una app? Este es el terreno donde hoy las empresas deben innovar. Porque solo al entender el contexto del cliente podemos recoger lo más valioso: su verdad.
Hoy, las empresas tienen en sus manos una oportunidad sin precedentes. Gracias a la inteligencia artificial y herramientas como woku, podemos volver a escuchar a los clientes, incluso cuando hay miles o millones de ellos. Pero para lograrlo, debemos enfocarnos menos en el qué y más en el dónde y el cuándo. Debemos entender que no tenemos que buscar lo que queremos saber, sino lo que debemos saber. Solo así estaremos preparados para tomar decisiones inteligentes que realmente impulsen el crecimiento y la rentabilidad del negocio.